En la actualidad se conoce como adicción a la enfermedad crónica en la que se busca y usa de manera compulsiva una sustancia aún cuando se conocen los daños que ocasiona, esto según un artículo publicado por Verónica Guerrero Mothelet en la revista “¿Como vez?”.
Los primeros estudios acerca de este padecimiento consideraron que el abuso de sustancias dañinas como las drogas o el alcohol eran parte de la poca moralidad y falta de voluntad de los individuos, socialmente provocó rechazo al considerar que la solución estaba en el propio individuo.
Sin embargo el interés y avance de la ciencia por estudiar este problema hasta hace unos años considerado como social, ha dado muchas herramientas y respuestas para lograr una posible solución, empezando por definirla como una enfermedad cerebral.
Se llegó a esta definición partiendo de estudios realizados al cerebro humano bajo el influjo de alguna droga, probando que la persona que es adicta a las drogas, tiene un desajuste de las partes del cerebro que normalmente nos permiten ejercer control sobre nuestras acciones, produciendo la dependencia a partir de la descompensación de nuestro circuito de recompensa.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 2012), estas son las drogas más comunes en México[1]:
1. Mariguana
Es la droga “ilegal” preferida por los usuarios. Los efectos al fumar marihuana incluyen falta de coordinación física, taquicardia, somnolencia y depresión. La Fundación por un Mundo Libre de Drogas (FMLD), señala que el humo de la marihuana contiene alrededor de 70% más de sustancias causantes de cáncer que el humo del tabaco.
2. Cocaína
Es un estimulante del sistema nervioso, genera una fuerte adicción. El efecto inmediato de la cocaína se presenta en síntomas como la paranoia, enojo y ansiedad, los riesgos son: ataque cardiaco, falla respiratoria y apoplejía, que pueden causar la muerte repentina.
3. Inhalables
Se observó un incremento de 1.4%, en 2002, a 2.4% en el 2008. Son causantes de irritación de las mucosas nasal y bucal. El Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo (coneVyT), órgano de la Secretaría de Educación Pública (SEP), indica que, los síntomas inmediatos de esta adicción pueden ser la anorexia, mareos, sueño y cambios en la percepción del entorno. Los daños más graves son la ceguera, infarto cerebral, pérdida de memoria y problemas cardiacos.
4. Alcohol
La prevalencia respecto al consumo de alcohol alguna vez, fue de 65.1%, 65.3% en hombres y 64% en mujeres. Los efectos inmediatos del alcohol son la euforia y desinhibición, mareos, náuseas, vómitos y una sensación repentina de bienestar. El consumo excesivo de alcohol también causa daños permanentes al cerebro, que se presentan como convulsiones y delirios, además de dificultar la absorción de las vitaminas B, E, A, K y C.
5. Tabaco
El hábito de fumar perjudica a casi todos los órganos del cuerpo. Ha sido vinculado a las cataratas y neumonía. El tabaco reduce la esperanza de vida ya que causa cáncer de pulmón, laringe, riñón, vejiga, estómago, colon, cavidad oral y esófago.
6. Tranquilizantes
Son medicamentos utilizados para tratar el estrés, ansiedad y auxiliares para conciliar el sueño. A corto plazo generan aislamiento, cansancio, disminuyen la reacción emocional, y cambian el estado anímico. A largo plazo el uso de tranquilizantes genera cambios en el peso y el apetito, dificultad para conciliar el sueño, alteración de los periodos menstruales, y una necesidad fuerte hacia su consumo.
7. Anfetaminas
Son un tipo de droga, estimulante del sistema nervioso y que por lo general se presenta en cápsulas o pastillas. Aumenta el estado de alerta y genera comportamiento agresivo y violento. Su consumo causa daños psicológicos, como agitación, euforia, confianza y energía momentáneas, y también daños fisiológicos, como taquicardia, insomnio, hipertensión, sudoración y trastornos digestivos. Lo más común es generar pérdida del apetito.
8. Éxtasis
De acuerdo a reportes de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP), en México se consumen al año alrededor de 400 kilogramos de éxtasis. A diferencia de los alucinógenos, esta droga no produce trastornos sensoriales. Potencializa la capacidad de memoria, tiene efectos antidepresivos y analgésicos, es utilizado para "aguantar más". Esta droga contrario a lo que podría pensarse puede causar la muerte repentina, ya que lleva a la deshidratación y daño cerebral.
9. Heroína
Los efectos inmediatos al consumir heroína son: boca seca, piel rojiza y pesadez del cuerpo y produce alteraciones del sistema nervioso central. El consumo de esta droga puede incluir aborto espontáneo, colapso venoso y enfermedades infecciosas por el uso de jeringas entre las que pueden estar la hepatitis y el VIH/SIDA.
10. LSD
Es una droga altamente alucinógena, y contiene sustancias químicas que alteran el estado de ánimo. Causa daños en el sistema nervioso central. Los efectos alucinógenos pueden durar hasta 12 horas, lo que causa mayor sensibilidad. Puede ser causa de muerte, esquizofrenia y paranoia, quien la consume está constantemente angustiado.
La parte de la población que encuentra mayormente una factor de riesgo para convertirse en adictos son los adolescentes, hay muchos factores, y son factores que tiene que ver con la biología de nuestro cerebro. Uno de ellos es que el cerebro humano, a la diferencia de todos los demás órganos, básicamente de nuestro cuerpo, continúa desarrollándose hasta que cumplimos entre los 20, 22, 23 años esto según la Doctora Nora Volkow. Directora del National Institute On Drug Abuse.
Sin embargo esto no excluye a toda la demás población, sólo nos lleva a poner especial atención a las personas en esta etapa de la vida, ya que aun cuando los factores biológicos y sociales tienden a aumentar el riesgo de ser adicto es algo que se puede prevenir o evitar.
Prevenir el consumo de drogas no es solo por bienestar personal sino social ya que las consecuencias trascienden a nivel familiar, laboral e interpersonal. Una persona adicta pierde el control de su productividad, salud y economía lo que se refleja en muchos de los casos en delinquir o cometer actos violentos, aun cuando sea bajo el influjo de alguna sustancia y sea de manera inconsciente el impacto a la seguridad pública, a la integración familiar y a su desempeño en el trabajo no deja de ser de negativo afectando a terceras personas.
El tratamiento de cada adicto es diferente como una enfermedad crónica e incurable depende de la etapa en la que se encuentre, sin embargo se debe considerar los aspectos emocionales, económicos y sociales encaminados a mejorar la esperanza de vida.
FUENTES:
Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. Recuperado el 13/04/15, de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto
[1] Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 2012), editada por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
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